Concierto y presentación de nuestro séptimo álbum: “Señor de la Esperanza” – Noviembre 6, 2004

Por Edwin YIllescas

Lima, 6 Noviembre de 2004.- Luego de casi ocho años desde nuestra última producción, los miembros de Takillakkta nos encontramos nuevamente en Lima para producir un nuevo disco: Señor de la Esperanza. Para este momento el grupo ya Presentación CD TakillakktaTakillakkta contaba con nuevos integrantes como los hermanos Andrés y Augusto Carrera, así como con José Ángeles, quien se reincorporó al grupo luego residir 11 años en Argentina.

Este lanzamiento tenía para nosotros un doble significado: por un lado la profunda alegría de una séptima producción luego de tantos años y con nuevos integrantes; y por otro la oportunidad de celebrar más de 20 años de trayectoria evangelizadora y musical de Takillakkta. Esto le daba a este concierto una impronta especial.

Lo hicimos en el Auditorio del Colegio San Agustín, un lugar excelente tanto por la infraestructura como por la ubicación. Es un auditorio cerrado con más de 1,200 butacas que pareciera que reclaman una presentación impecable, percibida tanto por la calidad del sonido como por el silencio galante de la audiencia. La convocatoria se inició con tiempo y las expectativas de la gente se hacían notar. Durante las últimas semanas estuvimos dedicados por completo a ensayar y coordinar los asuntos técnicos para el concierto, que no fueron nada sencillos. Unos 8 músicos, 24 micrófonos y más de 15 instrumentos hacían del escenario un verdadero rompecabezas.

Llegó el día y la emoción no cabía en nuestros ponchos. Las ganas de compartir nuestra nueva producción se mezclaban con la necesidad Takillakkta profunda de anunciar al Señor en primera persona. Después de un descanso por la tarde, nos Presentación CD Takillakktareunimos todos en el vestuario e hicimos, como antes de cada concierto, nuestra oración. Rezamos juntos poniendo nuestra presentación en manos del Señor y de su Madre, la Virgen María. A ella consagramos siempre nuestro apostolado a través de la música. Terminada nuestra oración, hicimos nuestra tradicional arenga: “¡Viva la Virgen! ¡Viva Takillakkta!”, y salimos a tocar.

El concierto tuvo dos grandes partes. La primera estuvo dedicada exclusivamente a la nueva producción. Tocamos cada uno de los cantos en medio de un ambiente intenso de alegría y expectativa. Empezamos con “Señor de la Esperanza”, un carnaval que hace saltar a cualquiera y es el tema central del disco. Luego pasamos por nuestros cantos “María, ayúdanos a evangelizar” y “La Iglesia es”, que le dieron al auditorio un tenor más recogido y de oración. La gente seguía atentamente los cantos y nosotros cada vez más concentrados en nuestra interpretación. Todo salía como lo previsto.

Luego vinieron cantos como “Resurrección”, “Joven San José” y la “Tuntuna”, donde las congas, bongós, bombos y demás instrumentos de percusión se lucieron como protagonistas del ritmo. Más adelante, la “Plegaria del Año Santo” compuesta por Juan Pablo II tuvo un lugar especial; y el canto “Amor a María” hizo dirigir los corazones de todos a nuestra Madre, a quien le cantamos un sincero “toma mi corazón, obtenme un gran amor”. Finalmente, interpretamos “No descansaremos”, un canto que se convirtió en la exclamación más propia de un Takillakkta Texto de Edwin Illescasque nunca descansó ni descansará en su esfuerzo por anunciar al Señor Jesús.

Presentación CD TakillakktaLa segunda parte se convirtió en un emblema de los años recorridos por Takillakkta. Interpretamos cantos de las producciones anteriores e invitamos al escenario a ex-integrantes y amigos como el P. Luís Capelletti, Carlos Aguilar, César Olivares, Miguel Coquelet, Mario Giurfa entre otros. Ellos se pusieron por un momento su querido poncho guinda mientras que el público acompañó con las palmas y el corazón cada uno de los temas. Fueron cantos que lograron combinar el peso de los años recorridos con la novedad de una nueva producción.

Unas largas palmas marcaron el final del concierto. Sin embargo, terminada la presentación la celebración se prolongó. Los asistentes salieron del auditorio y se quedaron largos minutos conversando y compartiendo sus experiencias. Nosotros nos reunimos detrás del escenario, nuevamente en círculo para rezar. Hicimos una oración alegre de agradecimiento al Señor, nos dimos un fuerte abrazo entre todos, y a celebrar.

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